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México Bárbaro

“México bárbaro” devela al Estado gore como una forma de empoderamiento de un sistema económico y simbólico que produce otros códigos, gramáticas, narrativas e interacciones sociales a través de la gestión de la muerte en México, deviniendo en un uso de violencia desmedida, derramamiento de sangre explícito e injustificado para darle un uso rentable a los cuerpos.

 

Dentro de una lógica económica de capitalismo gore, los cuerpos y la vida sustituyen a la mercancía a través de técnicas de violencia extrema como el secuestro, la venta de órganos humanos, la tortura, el asesinato por encargo, o carne de cañón etcétera. A través de una lógica “Kamikaze" muestran que los precios no resultan tan altos cuando la vida no es una vida digna de ser vivida sino una condición ultraprecarizada envuelta en frustración constante y en un empobrecimiento irreversible por otras vías.

¡La belleza es cosa terrible y espantosa! Es terrible debido a que jamás podremos comprenderla, ya que Dios sólo interrogantes nos plantea. En el seno de la belleza, las dos riberas se juntan y todas las contradicciones coinciden. No soy hombre culto, hermano, pero he pensado mucho en este asunto. ¡Ciertamente, los misterios son infinitos! Son demasiadas las interrogaciones que aplastan al hombre contra la tierra. Forjamos las hipótesis que podemos, sin jamás llegar a certeza alguna. No puedo siquiera soportar el pensamiento del hombre de corazón noble y mente pura que comienza con el ideal de la Santa Virgen y termina con el ideal de Sodoma. Es más espantoso todavía que el hombre con el ideal de Sodoma en su alma no renuncie al ideal de la Santa Virgen, y que, en el fondo de su corazón, todavía arda, arda sinceramente, en deseos de alcanzar el bello ideal, lo mismo que en sus días de juvenil inocencia. Sí, el corazón del hombre es vasto, excesivamente vasto quizá. Lo preferiría más angosto. ¡El diablo conoce muy bien el corazón humano! Y así vemos que aquello que el intelecto considera vergonzoso, a menudo le parece de espléndida belleza al corazón. ¿Hay belleza en Sodoma? Creedme, muchos son los hombres que encuentran su belleza en Sodoma. ¿Sabíais este secreto? Lo más horroroso es que la belleza no sólo es aterradora, sino también misteriosa. Dios y el Diablo luchan en ella, y su campo de batalla es el corazón del hombre. Pero el corazón del hombre sólo de su dolor quiere hablar. Escuchad, que os contaré lo que dice...

 

Fiodor Dostoievsky

Los hermanos Karamazov.

¿Con qué tinta se puede dar cuenta de tantos ausentes, los que nos fueron arrebatados, los que aún seguimos buscando, silenciados por pedir justicia? Carne mutilada, fragmentos de cuerpos colgados en puentes, bolsas negras que contienen lo que alguna vez fue llamado hijo, esposo, padre, madre, estudiante. ¿Cuánto horror nos cabe en la mirada antes de colapsar los párpados intentando no enloquecer? Huérfanos de toda esperanza, la justicia es cómplice, silente, ausente y más ambigua que nunca. Nuestros espectros claman, gritan su nombre para no ser borrados, olvidados de la historia, doblemente asesinados. 

MÉXICO BÁRBARO es apenas huella parcial de un duelo compartido, ejercicio pictórico de las violencias que nos habitan, domestican y disciplinan. Rostros que no miran al futuro como esperanza, sino que dan testimonio de un presente como pura ruina. Cuerpos que levitan, suspendidos en la espiral de barbarie que constituye nuestro glosario cotidiano, aspectos cadavéricos, fantasmales, carnes que ya no resisten y ahora se enuncian como puro residuo, testimonio y evidencia de aquello que aún no terminamos por vislumbrar.

En esta exposición no habita la esperanza (espera). La apuesta es por la crudeza de formas cuya “humanidad” es proyecto de resistencia, fuerza y potencia; que se despliegan ante un escenario desértico, ausente de Dios[es]. El hombre -ahora sin destino- tiene que vislumbrar la posibilidad del extravío, la pérdida, adentrarse sin coordenadas fijas en el desierto que erosiona toda promesa de un futuro posible.

El vértigo, lo inhóspito, lo áspero, lo abismal, habitan en la mirada de Haniel Fonseca (Fuente Seca) provocando, descolocando, incomodando al que mira, ese, que no puede separarse de aquellos seres dolientes, fracturados, sustraídos de toda posibilidad de dar cuenta de una vida digna de ser vivida, precarios, homo sacer. Esos cuerpos, son todos los cuerpos, sus heridas son grietas compartidas. Y podríamos mirar desde lejos ese desierto violento e indómito, que devora nuestro horizonte de falso confort, pero en el fondo sabemos que también nos está devorando, que somos corroídos por la misma violencia, por la misma barbarie de este país en ruinas.

 

Norma Angélica Silva Gómez

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